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Mostrando las entradas de agosto, 2020

REFLEJOS EN EL AGUA

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     REFLEJOS EN EL AGUA      El pequeño lago estaba gris. Reflejaba el cielo. No se movía.      Los árboles y el pasto de alrededor lo miraban en silencio y luego se miraban entre ellos con expresión de intriga.      _¿¿¿Por qué estará triste ???_ ya sé dijo uno de los arbolitos más chicos.       _Es porque el agua refleja ese color gris tan triste del cielo.      Se hizo un silencio entre los árboles, el pasto y algunas plantitas.      De pronto uno de ellos dijo: _Vamos a inclinar nuestras ramas hacia la orilla.      _¡¡Ah!!_y a sé dijeron unos árboles.      Y se sumó el pasto: _¡¡Vamos a e stirarnos hasta que podamos reflejarnos en el agua!!!!       Y todos gritaron: _¡¡¡Sí,vamos!!!       El agua estaba quieta ignorando su alrededor, pero de pronto otro aliado se sumó. La brisa, suave, leve... y como por magia , que eso es a veces la amistad, los colores se fueron corriendo lentamente ayudados por el sol hasta reflejarse en el agua, hasta ese momento gris....       ¡¡¡Todos festeja

IV (de la serie CONFIDENCIAS CON MI ANGEL)

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Imagen de Denis Doukhan en Pixabay IV  (de la serie CONFIDENCIAS CON MI ANGEL)         ¡Ángel, qué bueno encontrarte! Siempre necesito al fiel amigo que me entiende.       ¡Claro, a mí me gustaría tener cosas lindas para contarte, pero este mundo está cambiando tanto!...  y si no, fíjate. Tú ya me conoces y sabes que mi sensibilidad se afecta fácilmente y no es exageración. Mira lo que te voy a contar.      Desde niña descubrí que cuando recién comienza a llover, unos minutos antes, la tierra esparce en el aire un perfume muy especial, que en mis pocos años se me ocurrió era el perfume que usaban los duendes y las hadas. Y así fui creciendo, con estas fantasías.       Andando el tiempo, descubrí que a muchas personas también les gustaba ese aroma y salían afuera a aspirar hondo antes de que se largara la lluvia.         Así han pasado mis años y siempre seguí fiel a aquel regalo de la naturaleza: respirar hondo el perfume de las hadas y los duendes.       ¿Pero sabes, Ángel?