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Mostrando las entradas de 2019

PROPUESTA

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Imagen de Colin Behrens en  P ixabay   PROPUESTA ¿Saben qué he estado pensando últimamente? Que a todos los gobernantes, empresarios, cabezas de multinacionales y todos aquellos que tienen poder de voto en  esta Cumbre del clima en París habría que llevarlos en un viaje espacial, lo más lejos que se pueda y hacerles mirar todo lo que los rodea...y allá, chiquitita la Tierra!!! ÚNICO planeta hasta ahora habitable, y todo lo demás es nada frente a la vida. Puede ser que algún día, finalmente, se descubra otro lugar que pueda recibir a la humanidad entera. Ninguno de estos señores estará vivo para ese entonces, pero posiblemente estarán sus nietos o biznietos..., sobreviviendo en un infierno, en una atmósfera irrespirable, sin agua y por lo tanto sin comida, arrastrando sus huesos en inútil intento de sobrevivir...  Por un momento, detengan la carrera del dinero y el poder y vean la realidad!!!  O salvamos entre todos el planeta o no quedará de nosotros ni siquiera la hi

PROPUESTA

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Foto de Luke Leung en Unsplash PROPUESTA... La palabra NUNCA...a quién le gusta la palabra nunca?  A mí, hasta ahora, no me gustaba nada.   Me parecía negativa, absoluta, contundente..., pero he descubierto que la pobre palabra NUNCA, no es responsable de lo que le anteceda o le siga.  Ella puede ser verdugo, amiga, cómplice y más... Alguien puede decirnos "nunca más confiaré en ti", o "nunca más quiero verte", o "nunca más voy a ayudar a alguien", etc. Y allí es como un látigo que castiga, como un portazo en  la cara... pero también puede ser... "nunca volveré a ser indiferente al dolor ajeno", o "nunca voy a olvidarte", o "este error no se repetirá nunca más", etc.  La palabra NUNCA se comporta como nosotros, las personas: según sea la emotividad que nos mueva, será nuestra respuesta. Pero siempre será una palabra útil... y comunicadora. Usémosla sin temor, pero tratando siempre de que sea preámbulo de cosas ag

...ETERNO

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¨¨Plenilunio¨ de Isabel Hérnandez Tibau ...ETERNO  ...¿Y tú quién eres que caminas de prisa por encima de mi amor? ¿Y tú que buscas, que pasas pisoteando los pimpollos de mi amor? ¿Cuál es tu idioma, que no entiendes las palabras de mi amor? ¿De qué estás hecho, que te ufanas de ser el asesino de mi amor? Tú eres el sueño que duró mi vida y aún después de muerta... el dueño de mi amor. del libro "La Vida al VIento" © Isabel Hernández Tibau

VUELO SUBLIME

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Imagen de  skeeze  en  Pixabay VUELO SUBLIME Adoro el momento  después de la espera en que nuestros cuerpos ruedan como esferas. Momento supremo  que nos funde en uno tú ves por mis ojos, por los tuyos veo. Sale de nosotros  un ángel que baila y se eleva luego con suave aleteo.  Condenados somos por robar el cielo,  como Prometeo por robar el fuego.     No será el castigo un águila en vuelo,  será, por amarnos,  conocer el miedo. del libro "La Vida al VIento" © Isabel Hernández Tibau

II (de la serie CONFIDENCIAS CON MI ANGEL)

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II (de la serie CONFIDENCIAS CON MI ANGEL)      ¡Ángel! Estás ahí, puedo sentir tu aroma... Como siempre necesito hablar contigo, contarte como anduve en laberintos, confusa, en busca de respuestas, y como siempre, queriendo contarte.      Hoy es la vida la que me propone... Me propone seguir adelante... Y yo sigo, claro que sigo, pero seguramente tú, en algún momento, conociste esos días de incertidumbre en los que no alcanza con dar los pasos... Necesitamos estirar los brazos, abrir las manos y esperar esa otra mano que te encuentra y te sostiene.      Entonces sí, te aferras con fuerza y haces el esfuerzo.      Te cuento... Ayer se fue un querido amigo. No desapareció, sólo no lo veo...      Cuando estas cosas suceden solemos detenernos a pensar.      La muerte camina por un sendero paralelo con la vida desde que nacemos, no crees?      Por más que lo sepamos, tratamos de ignorarla hasta que llega el día en que nos reclama atención. Y cambiamos de sendero...      Lo

I (de la serie CONFIDENCIAS CON MI ANGEL)

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I (de la serie CONFIDENCIAS CON MI ANGEL) Querido Angel,  ¿Crees que puedes darme un poco de tu tiempo? Es que necesito contarle a alguien lo que siento y ... ¿quién más que tú? ¿qué otro ser puede seguir mansamente mis divagues? ¿quién mejor que tú conoce los recovecos de mi alma y puede atravesar los laberintos de mi pensamiento? Extiende entonces el puente de tu sonrisa buena y ven por él conmigo... Sabes, estoy sola en casa... sola (de toda soledad te hablo, aún sin mi propia compañía). He mirado por la ventana hacia la calle buscando algo que atrape mi pensamiento, pero lo que veo es aún más desolador que este silencio y esta quietud que me rodea.  Afuera, el Gran Pintor ha acabado sus colores. Sólo le quedan grises  a su enorme paleta, y con ellos lo ha pintado todo. Gris es esa niebla espesa que desdibuja las cosas, que pule los perfiles y los va borrando hasta que todo se convierte en bultos, manchas...  Grises los frentes de las casas y sus techos. Los árboles

DESOLACIÓN

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Foto de  YesPhotographers  en depositphotos DESOLACIÓN Caminaba descalza por los senderos secos donde grita sin eco la perdida esperanza. El suelo era tibio,  caminaba descalza.  Y me envolvía el olvido con un manto de frío,  sólo el suelo era tibio. Mis manos se alargaban para aferrar la nada,  mis manos y mi alma se congelaban. Sólo el suelo albergaba. Mis ojos se perdían en un cielo vacío y en las luces del alba soñaba mi mirada.  Sólo el suelo era tibio y también cobijaba.  ¡Qué tan largo el camino! ¡Qué tan fría la nada! ¡Qué añorada por siempre una noche estrellada! Sólo el suelo era tibio y en un sendero seco yo me quedé acostada. del libro "La Vida al VIento" de Isabel Hernández Tibau

OFRENDA

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Foto de  Naveen Kumar  en  Unsplash OFRENDA Quise regalarte un arcoíris para que pudieras pintar con sus colores, quise regalarte la música del agua corriendo entre las piedras. Y el canto de aquel pájaro en la rama que te saca del sueño en la mañana. Quise regalarte el perfume que exhala la tierra cuando llueve,  y el óvalo de nácar de la luna con su enorme conejo que nos mira. Quise regalarte los hilos de plata de la lluvia y los oros del trigo en las praderas. Quise regalarte un farolito de los que llevan en las noches la luciérnagas. Y la suave caricia de la brisa cambiando tu lágrima en sonrisa. Quise regalarte la magia del relámpago en la noche y el retumbar conmovedor del trueno como piedras enormes rodando por el cielo. Quise regalarte las mil caras de un campo amarillo en girasoles, el plumón rosado de una garza y un tímido perfume de violetas. Quise regalarte el crepitar de los leños en el fuego cuando te

CONTIGO

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Foto de  Daiga Ellaby  en  Unsplash CONTIGO Cuando estoy contigo todo me es posible.  Oigo los colores, palpo los sonidos, huelo los sabores,  toco lo intangible.  Cuando estoy contigo,  cosa que me encanta,  hablas en azules, y mientras te miro tu voz se hace verde y a veces es blanca.  Cuando estoy contigo y paso mi mano por tu piel que amo, siento melodías de un violín, de un saxo,  o talvez de un piano. Cuando estoy contigo todo es diferente. Cambian los senderos que tiene mi mente y se me trastocan hasta los sentidos.  del libro "La Vida al VIento" © Isabel Hernández Tibau

DOLOR

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Foto de   Hannah Olinger  en  Unsplash DOLOR Ácido lo que ha sido. Vívido lo vivido. Éxtasis lo sentido, y a pesar de ello... olvido. Por mi memoria me moría, por exaltada fantasía, por no admitir que pretendía disimular lo que sentía. No sé por qué por el dolor escribo; será mi forma de gritar que vivo.    del libro "La Vida al VIento" © Isabel Hernández Tibau

FINAL

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FINAL Se me acaba este tiempo de crecer con palabras, de ir midiendo con sombras el origen, la nada.  Ya no tengo distancia,  era tiempo de arena,  sobre el tiempo del agua.  del libro "La Vida al VIento" © Isabel Hernández Tibau

SUELTA

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Foto de  Alex Rodríguez Santibáñez  en  Unsplash SUELTA Yo soy la planta aquella en su actitud pasiva. Como esperando vivo la eternidad de un día. ¿Raíces? No las tengo. Nunca tuve raíces. Quizá pudiera irme... Todo lo llevo adentro. del libro "La Vida al VIento" © Isabel Hernández Tibau

YO

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YO Yo soy un poco triste y un poco taciturna,  pero conozco el tiempo que dura con las formas. El sol pasa cantando y entre todas las cosas admiro la caída de la luz en las hojas. Yo soy un poco triste y estoy llena de pájaros, un poco taciturna...  un poco taciturna. Mi apariencia, -cualquiera- se me olvida, y las rosas son mis manos inmensas abrazando las cosas. del libro "La Vida al Viento" © Isabel Hernández Tibau

HUIDA

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HUIDA Hoy necesito el cielo. Tengo ansiedad de cielo… Quiero que mis ojos se hundan en el azul intenso… Que mi mirada suba y suba, y suba y en un sol chiquitito supere el infinito. Quiero descansar mi pobre ser maltrecho prendiendo en la cola de una nube mi angustiado pensamiento… Descansa mi alma mirando este cielo, descansa mi mente olvidando el miedo del libro "La Vida al VIento" © Isabel Hernández Tibau

EL ESCAPE

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Photo by  Brandi Ibrao  on  Unsplash EL ESCAPE                   Ella era feliz. Tenía un romance.              Cuando pensaba en eso, le sorprendía siempre que su vida hubiera tenido un cambio tan grande.             Ahora soñaba, tenía ilusiones, todo era hermoso; los días, las noches, la gente, la ciudad, ¡todo!, hasta ella misma. Se sentía plena, ¡feliz!             Dos meses antes su existencia era gris, opaca, monótona. De a poco se había ido quedando sin familia, sin amigos, sin nadie.             Las amigas habían iniciado su vida de pareja, los hijos, el trabajo. Cada vez las veía menos. A veces, para algún cumpleaños la invitaban. Y ella iba. Pero no se sentía bien allí. Era un ser generoso, sin maldad, pero aquel despliegue de alegría, aquel marido solícito y cariñoso, los niños, el aplomo que habían adquirido sus amigas de siempre... le hacía mal. Si, se alegraba por ellas, pero sentía más su soledad en esas reuniones.             Sus padres habían muerto